viernes, 2 de abril de 2010

Deshojando Margaritas



No se si esto le ocurra a todas las personas en algún momento de su vida, tal vez sí. Aunque no es nada grato encontrarse parado en un punto en el que necesitas con urgencia una brújula para saber cual es el siguiente paso a seguir o qué decisión debes tomar luego de hacer una exhaustiva retroalimentación de lo que ha sido tu vida en los últimos tiempos.

Y comenzar con la reprensión psicología de cuestionarnos el porqué las opciones se van acabando, las puertas se van cerrando y la multiplicidad de caminos empieza a reducirse al mismo tiempo en que nuestros sueños se van muriendo.

Qué tan válido es caer en el círculo de la autotortura y comenzar a pensar en lo que pudo ser y no fue, en el porque otros sí y yo no, en querer devolver le tiempo y regresar a esos instantes de infancia o adolescencia en los que nada era trascendente; es en este momento en el que puede uno empezar a inclinar la balanza hacia alguna de las dos opciones: aceptar el fracaso y establecerlo como punto de partida para iniciar a hacer cosas con las cuales no nos sentimos identificados, pero que de una u otra manera se convierten en escapatoria para evitar quedarnos estancados en este trágico punto de nuestras vidas ó mantener muy presentes nuestros sueños y metas de vida y seguir nadando contra la corriente en su búsqueda, replanteando motivos, retomando batallas y caminos.

En todo caso, al parecer la mejor manera de salir de este rollo existencial sea dejarlo en manos de la simplicidad de la vida y permitir que los pétalos de unas margaritas terminen por decidir cuál es el siguiente paso a seguir en nuesro pequeño instante de vida.

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