Desde hace algún tiempo y con la primera caída comenzó a surgir la necesaria pregunta, para algunos algo trascendental, para otros sin relevancia, para otros el momento de dar fin a un dilema.
Luego de diversos tropiezos, caídas, estrelladas en diferentes planos o aspectos de la vida, es difícil aceptar que nuevamente nos equivocamos, que se perdió o que se cometió un error, que nos ilusionamos sin motivo; y decidirnos en dejar de gastar nuestras energías y nuestro tiempo se convierte en la eterna lucha del no darnos por vencidos y el ser realistas y emprender un nuevo camino.
Finalmente y luego de realizar el duro, complicado, difícil pero necesario exorcismo interno de eso que nos hace doler el corazón y de comenzar a aceptar esa nueva condición; considero que la mejor fórmula es pasar la página y dejar todo atrás, es comenzar a darnos cuenta que el lógico funcionamiento de la vida radica en no dar paso a un idealismo sobrevalorado y anteponer la dureza del realismo.
Ahora y luego de un tiempo prudencial tenemos la posibilidad de decir que a pesar de todo se aprendió a pasar la página, a dejar de construir castillos en el aire, de idealizar a las personas y de comenzar a construir nuestro propio mundo basado en realidades tangibles.
